"...y antes de dormirme, mientras le pasaba mi mano por su vientre, me encontré con el ombligo y le metí el dedo dentro para taparlo, para que no se me vaciase todo él por allí...todos, cuando nacemos, somos como peras..para que no se escurriese todo él como una media. Para que ninguna bruja mala me lo sorbiese por el ombligo y me dejase sin él..."
de Merce Rodoreda, La plaza del Diamante.
1 comentario:
que dulce
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