No. Esperá. No te vayas. Todavía no te quise lo suficiente. Todavía no hablé. Todavía no pude decírtelo. No quiero despedirme de vos. No así, no ahora. Ya nos despedimos una vez y me dolió. Me dólió. Por esos días estaba enamorada de vos. Hace un tiempo, estuve, por unos días, enamorada de vos. No, tampoco te lo dije. Eso: enamoramiento, dolor de panza, temblores. ¿sabés que temblé la primera vez que me besaste? No es una metáfora, no estoy exagerando: temblé. Tan claro, sos, de cerca. Y después, todo pasó muy rápido: la remera sobre el velador, el incendio, el porro, las risas, las ganas, las repeticiones, la culpa, tu confesión, mi partida. Conoceme, me dijiste, y si no te gusto te vas. Y yo me fui igual y nunca volví, y vos nunca te fuiste. Nunca hasta hoy.
2 comentarios:
Se fue... así sin más. Llega el tiempo en que los amores desisten y se dejan ir. Pero si es amor, volverá...
Cuantas vueltas, nena! Me estoy cansando de leerte. Así que otro adiós para mí. Y para vos.
Publicar un comentario