domingo, 1 de noviembre de 2009

áspero

No tengo una felicidad demasiado ambiciosa. Soy feliz cuando me siento bien. Cuando me río. El olor de mi casa me hace feliz. Leer. Escribir. Dormir. Escuchar nuevas historias. Escuchar música. Vuelvo al primer renglón: disfruto de todo eso cuando estoy bien. Cuando estoy así, no. Todo se deforma, se hincha como un algodón mojado. Y todo es aburrido, melancólico, lluvioso, áspero.

2 comentarios:

El Varón de Bairesburgh dijo...

Como dirían los poetas: hay luces y sombres en el camino.
Te invito a mi blog. "Martina Metáfora" levanta tu domingo.

El viento a contramano dijo...

A veces me pasa lo mismo.