Y a él, que la culpa le trabaja mal, tan poco y tan mal, y el desapego tanto y tan bien, sonríe cuando se entera de que alguna de ellas está en pareja, y siente alivio, una especie de redención, de consuelo: un consuelo que no puede sentir otra persona que no sea él, que no sea capaz de llorar o de sentir dolor de panza ni siquiera cuando se imagina a la mujer que alguna vez apreció? quiso? acompañó?, durmiendo con otro.
8 comentarios:
él es un tipo difícil... difícil y enroscado.
son los fóbicos al compromiso, amiga! no hay con qué darles!
Y de repente se me ocurrió que este blog y tus arranques tienen mucho de Clarice Lispector.
Un tipo que no sirve, eso es.
besos
Un boludo, seguro.
ja ja! las mujeres que pasamos por este blog la rompemos! (modestia aparte)
Casi siempre me siento identificada con lo que escribís, es sincero, a veces crudo, pero no deja de ser dulce.
Seguí escribiendo, saludos, Marina.
Viento, sí.
Maru, no hay con qué. Aunque nosotras siempre encontramos con qué.
Gracias, Blue. Clarice cotiza.
no sirve es abominable, Cami. NOs destapamos?
Amén, Paloma.
Marina me gusta que te resulte dulce lo que escribo. Creía que me estaba convirtiendo en la abominable perla de las nieves.
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