Qué me podía salir en el I Ching? El conflicto, claro.
El signo primario superior, cuya imagen es el cielo, orienta su movimiento hacia arriba; el signo primario inferior – agua -, conforme a su naturaleza tiende hacia abajo. Los rumbos de movimiento de las dos mitades divergen y esto da por resultado la idea de conflicto. Cualidad de lo creativo es la fuerza, la energía; la de lo abismal es el peligro, la astucia.Allí donde la astucia se enfrenta con la fuerza violenta, hay querella, conflicto.Una tercera deducción, referida al carácter, se impone en virtud del enlace de una insondable, abismal astucia en lo interior con una enérgica decisión en lo exterior. Un carácter semejante será seguramente pendenciero.
EL DICTAMEN: eres veraz y te frenan. Detenerse con cautela a mitad de camino trae ventura. Ir hasta el fin trae desventura. Es propicio ver al gran hombre. No es propicio atravesar las grandes aguas. El conflicto surge cuando alguien, sintiendo que está en su buen derecho, se topa con resistencias. Sin esa convicción de que uno está en su derecho, la resistencia conduce a la astucia o a la trasgresión violenta, y no al pleito abierto.Cuando uno se halla envuelto en un pleito, lo único que podrá traerle salvación es una vigorosa y firme serenidad, dispuesta en todo momento a la conciliación del pleito, al arreglo a mitad de camino. Continuar la querella hasta su amargo fin acarrea malas consecuencias, aun cuando uno concluya teniendo razón, puesto que en tal caso se perpetúa la enemistad. Es importante ver al gran hombre, vale decir a un hombre imparcial, cuya autoridad sea suficiente como para solucionar el pleito en forma pacífica o bien para fallar con justicia. Por otra parte, en tiempos de discordia es preciso evitar “atravesar las grandes aguas”, vale decir iniciar empresas riesgosas, pues éstas, si han de tener éxito, requieren una real unificación de fuerzas. El conflicto en lo interior paraliza la fuerza necesaria para triunfar sobre el peligro en lo exterior.
LA IMAGEN: Cielo y agua se mueven en sentido contrario: la imagen del conflicto. Así el noble, en todos los negocios que realiza, reflexiona debidamente sobre su comienzo. La imagen indica que las causas del conflicto residen en las orientaciones opuestas, ya previamente existentes, de ambas partes. Una vez que aparecen tales direcciones divergentes necesariamente se origina en ellas el conflicto. Se infiere entonces que a fin de precaver el conflicto conviene pensar cuidadosamente en todo desde el mismo comienzo. Cuando se establecen claramente derechos y deberes, o si en una asociación humana convergen las orientaciones espirituales, la causa del conflicto queda de antemano eliminada.
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