jueves, 15 de abril de 2010

No me lloraban los ojos del cansancio. ¿Acaso te lo creíste? Estaba llorando. No lloraba desde hacía meses. Lloraba gin. Lloraba impotencia. Lloraba miedo. Lloraba vergüenza. Lloraba melancolía. Lloraba adolescencia. Condicionales, lloraba. Malas decisiones. Lloraba destiempo. Lloraba deseo. Lloraba arcadas. Y también lloraba por vos: por vos y por mí. Di vuelta mis párpados y también lloré por ellos. Y después me tragué las lágrimas, todas las que pude, me hice buches de lágrimas hasta que me atraganté, y cuando me di cuenta de que vos no advertías mi llanto, paré.