domingo, 25 de abril de 2010

Los indocumentados

Duda al momento de presentarme -ese momento católico de tener que decir el nombre de la persona que tenés al lado y qué vinculo te une a ella-, dice "mi Perla"y sonríe, y todas las mujeres de la ronda (incluida yo) se enamoran un poco de él. Pero después se nos pasa porque somos buenos entendedores y porque la alegría de los indocumentados del amor es así: efímera, frágil y estomacal.