Es como cuando se corta la crema. Uno sabe que, para evitarlo, debe batir con suavidad, realizando movimientos envolventes en la misma dirección. Sin embargo, la posibilidad de que se corte está siempre ahí. A un movimiento brusco, a un movimiento al revés. y cuando se corta, zas, no hay solución.
Carmen está hablando de la relación de Nerina y Esteban. Pero antes de llegar a esa conclusión, habló y arriesgó otras premisas que incluyeron términos como “proyección”, “fobias”, “desequilibrio”, “duelo”. Porque los psicoanalistas son así, piensa Nerina: hablan de uno y de su entorno como si lo conociera, elaboran perfiles con la poca o mucha información que el paciente esté dispuesto a brindar (cómo empezó todo, cuándo, usted qué hizo al respecto) y todo termina de la misma manera: en un duelo. No importa si no resolviste con éxito el complejo de Edipo, si te destetaste a los once años o si estás enamorada de tu medio hermano. Abren un paréntesis adentro de otro paréntesis y concluyen en lo mismo. Una pérdida, una separación o una muerte (de un vínculo, de una realidad, de una planta o de una persona, da igual) trae aparejado un duelo. Y eso es precisamente lo que le espera a Nerina: un duelo. Ella todavía no lo sabe pero va a separarse de Esteban. Hasta que eso no suceda, no entiende de qué crema ni de qué duelo le están hablando.
4 comentarios:
Perlus, cada dia me gusta más, eh. Posta.
Creo que necesito leer un libro tuyo.
gracias, Marulinda.
Estoy tan lejos Blue, tan lejos. igual se agradece la emoción. Paréntesis: se viene el casorio, iupi!!!!!!!!!!!!!!!!!
el cosorio de quién perlus no me mates de la infartosidad?
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