jueves, 9 de septiembre de 2010

Tomen nota

Me importa un carajo el casamiento de Bubblé (ese gordo recuperado y desagradable) y la Lopilato. Nada menos erotizante que imaginármelos en el altar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer justamente hablaba con una amiga sobre ellos, él, un flanudo yoghuroso desagradable, ella una nena con aires de diva tercermundista.
Te mando un beso.

Tita dijo...

Si, imaginartelos en la cama!