Después de haber escuchando Yolanda tres veces por día durante una semana, de haber engordado, por lo menos, cinco kilos cada uno (el all inclusive es un camino de ida), después de haber hecho buceo, snorkel, bicicleta acuática en pleno atlántico norte y huevo, de haber jugado al básket y al ping pong (bueno, él jugó y yo lo intenté), después de haber vivido experiencias inolvidables como haberme paseado en la banana de los sueños de cualquier mujer y de haber sido apedreada en la habana vieja por un par de mocosas juguetonas, después de haber dormido poco y reido mucho, después de haber apretado en cada rincón de la isla, volvimos. En breve, el resumen fotográfico y algunas historias de yapa.
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